Nuevos investigaciones revelan que el navegante, cartógrafo, almirante, virrey y gobernador general de las Indias al servicio de la Corona de Castilla, es decir Cristobal Colón descubrió América por una sencilla razón: era soltero. Es aquí donde vemos las ventajas de la soltería
Si Cristóbal Colón hubiese tenido una esposa, habría tenido que oír:
-¿Y por qué tienes que ir tú?
- ¿Y por qué no mandan a otro?
- ¡Todo lo ves redondo!
- ¿Estás loco o te haces?
- ¡No conoces ni a mi familia y vas a descubrir el nuevo mundo!
- ¿Y sólo van a viajar hombres?
- ¿Me crees tonta?
- ¿Y por qué no puedo ir yo si tú eres el jefe?
- ¡Infeliz, ya no sabes qué inventar para estar fuera de casa!
- ¡Si cruzas esa puerta yo me voy con mi madre! ¡Sinvergüenza!
- ¿Y quién es esa tal María? ¿Qué Pinta? ¡ Y la muy digna se hace la Santa !
- ¿Y dices que es una Niña?… ¡si,,, como no!!!
- ¡Todo lo tenías planeado! Vas a encontrarte con unas indias.
- ¿A mí me vas engañar?
- Qué la Reina Isabel va a vender sus joyas para que viajes…
- ¿Me crees tonta o qué? ¿Qué tienes que ver con esa vieja?
- ¡No permitiré que vayas a ningún lado!
- No va a pasar nada si el mundo sigue plano.
- Así que ni te vistas porque ¡¡¡no vas!!!
Sin duda Cristobal Colón tenía que ser SOLTERO
¡Vaya que sí tenemos muchos ventajas los solteros! Y tú ¿las tienes?
Es sólo el lado humoristico de la historia
Las 'Reformas Borbónicas' fueron los cambios introducidos por los monarcas de la dinastía borbónica de la Corona Española: Felipe V, Fernando VI y, especialmente Carlos III; durante el siglo XVIII, en materias económicas, políticas y administrativas, aplicadas en el territorio peninsular y en sus posesiones ultramarinas en América y las Filipinas.
Estas reformas de la dinastía borbónica estaban inspiradas en la Ilustración y, sobre todo, se enmarcan dentro del nuevo poder de las elites locales y aumentar el control directo de la burocracia imperial sobre la vida económica. Las reformas intentaron redefinir la relación entre España y sus colonias en beneficio de la península. Aunque la tributación aumentó, el éxito de las reformas fue limitado; es más, el descontento generado entre las elites criollas locales aceleró el proceso de emancipación por el que España perdió la mayor parte de sus posesiones americanas en las primeras décadas del siglo XIX.
REFORMAS EN LA NUEVA ESPAÑA
Las reformas borbónicas en la Nueva España fueron la serie de cambios políticos, económicos, eclesiásticos y militares aplicados por los Borbones en el territorio de Nueva España. Se dieron a comienzos del siglo XVIII, a partir del cambio de dinastía de Austrias por la de Borbón. Estas reformas buscaban remodelar tanto la situación interna de la Península como sus relaciones con las colonias. Ambos propósitos respondían a una nueva concepción del Estado, que consideraba como principal tarea reabsorber todos los atributos del poder que había delegado en grupos y corporaciones y asumir la dirección política, administrativa y económica del reino.
ANTECEDENTES
Carlos II, último rey de la casa de Habsburgo murió sin dejar descendencia directa, y el trono le quedó a Felipe V de Anjou de Borbón. Para la Nueva España, la aplicación de la cédula aparte de provocar una severa crisis de capital, las relaciones entre la Iglesia y el Estado; desde entonces esos dos poderes no sólo rompieron los lazos de unión que tuvieron en el pasado, sino que se convirtieron en facciones antagónicas. Las reformas borbónicas también afectaron al Consulado de Comerciantes de la ciudad de México; esta corporación, que había acaparado el comercio exterior e interior del virreinato por medio del sistema de flotas y del control de los puertos, perdió su enorme monopolio con la expedición de las leyes sobre la libertad de comercio. Al mismo tiempo, la supresión de los alcaldes mayores, agentes comerciales del Consulado en los municipios del país y en las zonas indígenas, acabó con la red de comercialización interna y rompió el lazo político que permitía a los comerciantes de la capital controlar los productos indígenas de mayor demanda en el mercado exterior e interior.
Al parecer los reformadores borbónicos, encabezados por Gálvez, no tenían una visión completa del sistema económico en la Nueva España. Aunque es cierto que muchos alcaldes mayores eran corruptos y abusaban de su autoridad, el repartimiento del comercio era mucho más que un mero mecanismo de explotación; constituía el más importante sistema de crédito para las comunidades indigenas y los pequeños agricultores. Los alcaldes mayores se beneficiaban porque proporcionaban a crédito servicios necesarios: distribuían semillas, herramientas y otros bienes agrícolas básicos; facilitaban la compra o la venta de ganado, y con frecuencia vendían los productos de algunos grupos que quizá no hubieran encontrado otra forma de colocar su producción. Todo esto fue interrumpido con el decreto que suprimía las funciones de los alcaldes mayores.
Las guerras de independencia hispanoamericanas fueron una serie de conflictos armados que se desarrollaron en las posesiones españolas en América a principios del siglo XIX, en los cuales se enfrentaron los partidarios de establecer nuevas naciones iindependientes contra las autoridades virreinales del Rey de España Fernando VII y los partidarios de la Monarquia Española. Las guerras de independencia tuvieron tanto el carácter de guerra civil como de guerra internacional (entre naciones). El conflicto comenzó en 1808, con el establecimiento de juntas autodesignadas en Mexico y Montevideo, y se sigue de la constitución de los nuevos estados independientes. Casi todos los países hispanoamericanos continentales de la actualidad (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cosat Rica ; Ecuador ; El Salvador, Guatemala, Honduras ; Mexico , Nicaragua ; Paraguay , Peru ; Uruguay y Venezuela ), reconocen en este movimiento sus orígenes como naciones independientes. Sólo Panamá, y los países del Caribe de habla hispana (Cuba, Puerto Rico y República Dominicana) reconocen sus orígenes independientes en otros procesos históricos. Entre sus líderes independentistas, algunos llamados libertadores, se encuentran la mayor parte de los “padres de la patria” de los países hispanoamericanos, como Francisco de Miranda, José María Morelos, Eugenio Espejo, Miguel Hidalgo, José de San Martín, Simón Bolívar, José Miguel Lanza, José Artigas, Juana Azurduy de Padilla, Francisco de Paula Santander, Antonio Nariño, José de Fábrega José Miguel Carrera, Bernardo O'Higgins, Antonio José de Sucre, Manuel Belgrano, Martín Güemes, Joaquín Olmedo y Fulgencio Yegros entre otros. Otros caudillos fuera de este periodo como Tupac Amaru II que forman parte de identidades nacionales propias, no son parte de guerra contra la monarquía de Fernando VII de España.